¿Cómo aislar una pared exterior de la humedad?
La integridad estructural de un edificio descansa, en gran medida, en su capacidad para resistir elementos adversos, y entre estos desafíos, la humedad se destaca como un adversario persistente. En el ámbito de la construcción, salvaguardar las paredes exteriores contra la infiltración y acumulación de humedad se presenta como una tarea esencial para preservar la durabilidad y la calidad de una estructura y evitar problemas de confort en una vivienda.
Esta humedad, manifestada en diversas formas (desde filtraciones provocadas por lluvias intensas hasta la condensación en espacios cerrados), la envolvente del edificio debe ser protegida del calor o frío desde el exterior usando un método eficaz que incluya materiales de primera calidad y evite los puentes térmicos.
Cuando llega el clima frío y lluvioso, comienzan a surgir problemas de humedad en viviendas y otros edificios con deficiencias estructurales, como filtraciones, goteras o manchas de moho en las paredes. Además, durante esta temporada, la falta de ventilación adecuada junto con el uso de sistemas de calefacción puede ocasionar puntos de condensación y otros problemas relacionados con la humedad.
En general, las causas de estos problemas de humedad suelen ser la falta de sellado e impermeabilización adecuados en el edificio, así como la carencia de un sistema de aislamiento térmico efectivo para proteger de la humedad una pared exterior.
Tipos de humedades en la pared y qué las provoca
Los tipos más habituales que pueden aparecer en una pared exterior son:
Humedad por filtración
Se produce por la entrada no controlada de agua a través de las paredes debido a lluvias intensas, tormentas u otros eventos climáticos. Este tipo de humedad puede ocurrir cuando hay defectos en la estructura, como grietas o aberturas, que permiten que el agua se infiltre en el interior, por lo que puede verse afectado cualquier elemento de la casa.
Los síntomas de la humedad por filtración incluyen manchas oscuras o de moho en paredes y techos, olores característicos a humedad, descascaramiento de pintura o revestimientos, crecimiento de moho o hongos, daños estructurales, corrosión de metales y la aparición de eflorescencias.
Humedad por capilaridad
Se produce cuando el agua del suelo asciende a través de los poros de los materiales de construcción como ladrillos o mortero. Este fenómeno es común en edificaciones que tienen contacto directo con el suelo y la humedad puede elevarse por capilaridad a través de las paredes y cimientos.
La humedad por capilaridad se manifiesta a través de manchas de humedad en las paredes, especialmente en la parte baja, junto al suelo, donde pueden aparecer también eflorescencias salinas. Además, se observa el deterioro de revestimientos y pinturas, junto con un ambiente generalmente húmedo y sensación de frío en la estancia afectada.
Humedades accidentales
Hacen referencia a situaciones inesperadas de infiltración de agua como fugas de tuberías, roturas de cañerías o inundaciones repentinas. Estas humedades no están relacionadas con fenómenos climáticos regulares y requieren una acción rápida para evitar daños adicionales.
Humedades por condensación
Las humedades por condensación se producen cuando la humedad del aire se condensa en superficies frías dentro de un edificio. Esto ocurre típicamente en épocas frías, cuando la temperatura de las paredes, ventanas u otras superficies estructurales es lo suficientemente baja como para enfriar el aire húmedo cercano a su punto de rocío, donde la humedad en el aire se convierte en agua líquida.
Normalmente se produce cuando hay un aislamiento deficiente, generando un enfriamiento en el muro de la vivienda, algo que se puede solventar colocando un aislamiento Sate en la fachada de nuestro edificio.
Los síntomas de la humedad por condensación incluyen la formación de gotas de agua en ventanas, paredes y techos, manchas de moho o hongos, malos olores, deterioro de la pintura y revestimientos, así como problemas de salud como alergias, asma o irritación respiratoria debido a la presencia de ácaros y esporas de moho en el ambiente interior.
¿Cómo aislar una pared exterior de la humedad?
Ahora que conocemos a nuestros adversarios, es hora de armar nuestras defensas. Aislar una pared exterior de la humedad es una tarea estratégica que implica una combinación de medidas preventivas y materiales resistentes:
- Aislamiento térmico (SATE). El aislamiento térmico por el exterior de la fachada no solo mejora la eficiencia energética, sino que evita que cuando hay temperaturas bajas en el exterior no se transmita a los muros interiores de la vivienda, por lo que ayuda a combatir las humedades por condensación y a reducir los puentes térmicos. Al mantener las superficies más cálidas, se reduce el riesgo de que el vapor de agua se condense en las paredes. Este sistema consiste en aplicar paneles aislantes directamente sobre la pared exterior, seguidos de un mortero adhesivo y una malla de refuerzo. Luego se aplica una capa de revestimiento protector resistente al agua y a la intemperie.
- Impermeabilización. Consiste en aplicar un sellador o revestimiento impermeable en las paredes exteriores y cimientos. Este escudo protector ayuda a prevenir la entrada de la humedad por filtración y capilaridad, asegurando que las lluvias intensas se deslicen inofensivamente por la superficie.
- Ventilación adecuada. La ventilación es una herramienta poderosa contra la humedad. Asegúrate de que tu hogar cuente con una buena circulación de aire para prevenir la acumulación de condensación en áreas propensas como cocinas y baños en contacto directo con muros exteriores.
Materiales utilizados para el aislamiento de la humedad en paredes exteriores
Para construir nuestro escudo antihumedad, necesitamos materiales resistentes y confiables. Algunas opciones efectivas incluyen:
Poliestireno expandido (EPS)
Es uno de los materiales más populares para el SATE debido a su ligereza, facilidad de manejo, buenas propiedades de aislamiento y coste relativamente bajo.
Poliestireno extruido (XPS):
Similar al EPS, pero utiliza paneles de poliestireno extruido, que tienen una mayor resistencia a la humedad y pueden soportar cargas más pesadas. Este tipo de SATE es especialmente adecuado para aplicaciones donde se requiere una mayor durabilidad y resistencia.
Lana mineral
Las lanas de roca son aislantes minerales producidos a partir de rocas basálticas o escorias. Estos materiales ofrecen una excelente resistencia al fuego y al agua, siendo idóneos para resistir la infiltración de humedad. Además, su estructura porosa contribuye a un aislamiento acústico efectivo.
Placas de espuma fenólicas
Paneles de altísima calidad y prestaciones. Sus valores de conductividad térmica llegan hasta 0.022 w/mk. Panel de uso muy puntual debido a su alto precio en el mercado actual.
Químicos mineralizadores
Los químicos mineralizadores son soluciones diseñadas para fortalecer la estructura de los materiales de construcción y hacerlos más resistentes al agua y otros agentes externos. Al aplicar estos productos, se crea una barrera protectora que mejora la impermeabilidad de las paredes exteriores, reduciendo la absorción de humedad.
Corcho proyectado
El corcho proyectado destaca como una opción sostenible y eficaz para el aislamiento de paredes exteriores. Este material, derivado de la corteza del alcornoque, proporciona una excelente resistencia al agua y una capacidad natural para regular la temperatura.
Beneficios de un buen aislamiento exterior
Un buen aislamiento exterior ofrece una serie de beneficios y ventajas para los edificios y sus ocupantes como son:
- Protección duradera. Un buen aislamiento exterior previene problemas a largo plazo.
- Protección contra la humedad y los daños estructurales: Un aislamiento exterior adecuado puede ayudar a prevenir la aparición de humedades en el edificio, lo que reduce el riesgo de daños estructurales.
- Eficiencia energética. Al limitar la entrada de humedad y mejorar el aislamiento térmico, se reduce la necesidad de calefacción y refrigeración excesiva.
- Reducción del gasto energético: Un aislamiento exterior eficaz ayuda a mantener una temperatura interior más estable, lo que reduce la necesidad de calefacción y refrigeración. Esto puede resultar en menores facturas de energía a lo largo del tiempo.
- Ambiente saludable. Aislar las paredes exteriores no solo protege la estructura de tu hogar, sino que también crea un ambiente interior más saludable, previniendo la formación de mohos y la proliferación de alérgenos.
Afrontar la humedad en las paredes exteriores es un desafío que vale la pena y, con la combinación correcta de estrategias y materiales, puedes construir un refugio impenetrable contra los elementos.